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«Después de una catástrofe, siempre hay una revolución» – Boris Cyrulnik, Neurólogo y Psiquiatra, experto en resiliencia

Boris Cyrulnik

Boris Cyrulnik es un famoso neurólogo, psiquiatra y etólogo francés. Tras superar una difícil infancia marcada por la muerte de sus padres en un campo de concentración nazi y su posterior paso por distintos orfanatos y centros de acogida, Boris Cyrulnik adoptó el concepto de «resiliencia» y lo aplicó al campo de la psicología infantil para demostrar y explicar cómo todo niño puede volver a empezar después de haber sufrido una experiencia traumática.

Inmaculada Vallina

Carlos Manuel Sánchez. Fuente: https://www.xlsemanal.com/conocer/psicologia-conocer/20200421/boris-cyrulnik-neurologo-y-psiquiatra-resiliencia-recuperarse-trauma-crisis-coronavirus.html

Si alguien ha contribuido a difundir a nivel mundial el concepto de resiliencia – es decir, la capacidad de superar la adversidad -, es el neurólogo y psiquiatra francés Boris Cyrulnik, de 82 años. Acaba de publicar «Escribí soles de noche» (Gedisa), donde profundiza en la creatividad humana para superar el trauma. Es decano de la Universidad de Toulon y asesor de Emmanuel Macron en política educativa.

XL Semanal: La incertidumbre se ha apoderado de la humanidad. Dígame, ¿cómo salimos de ésta?

Boris Cyrulnik: Tenemos una ventaja. No estamos entrando en un territorio desconocido. Desde que el ser humano apareció sobre la Tierra, hemos padecido epidemias: peste negra y bubónica, cólera, encefalitis virales…… Y hemos salido adelante. Como especie, sabemos de qué va esto.

XL: ¿Y como individuos?

B. C.: El confinamiento machaca psicológicamente. Resisten mejor los que ya tenían una buena disposición. Su fortaleza se basa en tres factores: confianza en sí mismos, un dominio del lenguaje que les permite contar lo que les pasa. Y tener a alguien a quien contárselo; es decir, una red afectiva de familiares y amigos.

XL: No todos se adaptan……

B. C.: Bueno, también ayudan elementos externos, como tener una vivienda espaciosa, un jardín….. Evidentemente, no todo el mundo disfruta de esas ventajas. Por eso es tan importante tener un mundo interior rico. Estar acostumbrado a meditar, a leer, a escribir, disfrutar con la música…… La espiritualidad también ayuda. Incluso cocinar……

XL: ¿Qué le diría a los que se ven sobrepasados?

B. C.: Que todo el mundo tiene miedo. En un contexto como este, es difícil mantener la serenidad. Pero el miedo es un mecanismo de defensa. Si no se apodera de tí, te mantiene alerta.

XL: Ansiamos recuperar nuestras vidas, pero no sabemos si todo volverá a ser como antes……

B. C.: Si no evaluamos las causas que nos han conducido al desastre, estamos condenados a que se repitan. Los napolitanos, después de la erupción del Vesubio, volvieron a construir sus casas en el camino de los ríos de lava. Durante una crisis hay que protegerse. Pero no basta. Hay que comprender las causas. y esta comprensión nos llevará a organizar nuestra vida en común de una manera diferente.

XL: ¿Muy diferente?

B. C.: Mire, después de cada catástrofe hay una revolución cultural, incluso biológica. Toda evolución, sea de animales, plantas o personas, se produce mediante saltos hacia lo desconocido. Una estrella que se apaga es el final. Ahí no hay resiliencia posible. Pero siempre que quedan trozos dispersos se pueden volver a unir. La vida se reanuda después de un desastre. Pero serán otra flora, otra fauna, otra manera de ver el mundo las que van a dominar a partir de ese momento.

XL: ¿Estamos ante una crisis existencial, en el sentido en que amenaza la existencia misma de la sociedad tal y como la teníamos organizada?

B. C.: Sí. Pero recuerde que en este planeta se han producido cinco extinciones masivas que han destruido hasta el 95 por ciento de las especies vivas. Hemos pasado por glaciaciones y calentamientos. La subida del nivel de los mares ya acabó con plantas, animales y alguna civilización. Cuando las aguas se retiran, encontramos fósiles de animales marinos en la montaña, o restos de culturas desaparecidas. Pero el ser humano se adapta. Durante los períodos de frío se hizo cazador; en las épocas templadas, agricultor. Después del coronavirus habrá cambios profundos, nuevas leyes y valores. Es la regla.

XL: ¿Podemos sacar alguna lección de todo esto?

B. C.: Durante la vida de un ser humano no escasean los traumas. Algunas personas no consiguen superarlos. Las que se acaban con estrés postraumático se quedan ancladas en los sucesos de su pasado. Ya no logran disfrutar de la vida, amar, trabajar. Por el contrario, otros transforman su desgracia en una experiencia. Se convierten en escritores, psicólogos, educadores o filósofos; y le dan sentido a lo que han vivido. Lo comparten y ayudan a otros.

XL: Sinceramente, ¿cree que el coronavirus traerá algo positivo?

B. C.: Sin duda, cuando la pandemia se supere, reflexionaremos. Y discutiremos la manera de construir una nueva forma de vivir juntos. Tenemos la referencia de la peste negra. En poco años murieron la mitad de los europeos. Ya no se podía cultivar, no había suficiente mano de obra. Desaparecieron viñedos y campos de cereal. Pues incluso algo tan terrible como aquello tuvo efectos insospechados. La mano de obra de los supervivientes se convirtió en algo tan caro que desaparecieron los siervos. Antes de la peste de 1348, la mayoría de los seres humanos se vendían como parte de la tierra. Las ciudades perdieron población, pero las casas se abarataron y esto facilitó el éxodo rural. Cuando yo nací, poco antes de la Segunda Guerra Mundial, no había Seguridad Social, ni un sistema de pensiones. Pero después de las crisis hay cambios culturales. Luego, vistos en perspectiva, los consideramos inevitables, aunque ahora lo que nos llega es confusión y desconcierto. Después del coronavirus, creo que la familia y la pareja se verán reforzados.

XL: Emmanuel Macron dice que estamos en guerra.

B. C.: Yo prefiero hablar de resistencia. La humanidad se reorganiza. Quizá vivamos un cambio con una profunda raíz ecológica. Una vida más pausada. La economía mundial, en estado de hibernación, ya ha provocado una disminución de la contaminación. En China, en estos meses, se calcula que ha habido unos diez mil casos menos de cáncer.

Superviviente desde niño

La propia vida de Boris Cyrulnik es una epopeya. De familia judía, su padre desapareció en Auschwitz. Su madre, también víctima del Holocausto, envió a Boris a una pensión para que no fuera detenido. «Cuando tenía seis, años caí en una redada con otras 1700 personas, pero escapé gracias a que una mujer me escondió. Fuimos los dos únicos supervivientes…… Mi tía me encontró tras la guerra. Apenas había ido al colegio, pero recuperé el retraso. Los primeros años de vida son decisivos, igual que los primeros movimientos de una partida de ajedrez. Pero eso no quiere decir que uno no se pueda sobreponer a un mal comienzo», resume.

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